miércoles, 12 de febrero de 2014

Buen vivir/Vivir bien y los procesos interculturales - Rina López Villarroel

Rina López Villarroel


Las organizadoras de este encuentro continental, para la ponencia, me dieron de título “buen vivir y los procesos interculturales”. Algunos autores trabajan como diferentes entre el buen vivir y el vivir bien, sobre todo los compañeros y las compañeras del Perú y de Ecuador.

Desde Bolivia, consideramos que es lo mismo buen vivir y vivir bien, al menos desde la mirada de la cultura quechua, a la que yo pertenezco. Buen vivir y vivir bien es cuestión de traducción, que es difícil traducir el mundo quechua al mundo castellano. En quechua es sumaj kawsay, allin kausay, es la vida en plenitud, el saber vivir en armonía, el vivir feliz sin muchas dificultades. Allin kausayta tariychej, sumaj kausakunanchejpaj, palabras utilizadas en acontecimientos solemnes y en lo cotidiano para desearle lo máximo a las familias o comunidades.

Esta diferencia de buen vivir y vivir bien, es un indicador de que el asunto del vivir bien es controversial, hay muchas interpretaciones, muchos énfasis, pero como la diversidad es complementariedad, nos arriesgamos a abordar el sumaj kawsay desde una mirada de quien nació en el mundo quechua.
Decíamos que el tema del vivir bien es complejo, porque desde los pueblos del Abya Yala, la patria grande, hemos vivido con matices diferentes y ahora volvemos a darle nuevos significados, algunas con tintes políticos, económicos, filosóficos.

A pesar de la novedad y la frescura del paradigma, del discurso del vivir bien existe confusión y diferentes lecturas. Algunos autores hablan de vivamos bien, en plural, otros consideran que es un paradigma, un modelo, una alter-Nativa, una cultura, una nueva teoría económica, un nuevo horizonte en base a la promoción de la vida.

Varios autores coinciden que vivir bien se trata de una “Alter-Nativa” a la modernidad occidental, al crecimiento ilimitado, a la lógica del capitalismo y afirman que no es posible hablar de vivir bien sin una crítica al modelo capitalista. Considero que el vivir bien es una forma de vida, con otra lógica, es un paradigma de todos los pueblos excluidos del estilo de vida y valores que ha impuesto el capitalismo, pero que no están solamente en un lugar concreto están esparcidos por todo el mundo, aunque en sus constituciones no esté incluido el vivir bien, como en el caso de Bolivia.

Con el vivir bien se está construyendo un nuevo paradigma que se opone al pensamiento monocultural, individualista, acumulador. Vivir bien se distingue radicalmente del paradigma del vivir mejor. La mejora de una parte puede llevar al empeoramiento de la otra parte, por eso nos han hablado de mundo desarrollado y otro no desarrollado, de primer mundo y tercer mundo.

 Atawallpa Oviedo señala “El mundo subdesarrollado ha conservado los tesoros del sumaj kawsay, de una vida en armonía y equilibrio, en complementariedad y reciprocidad. Una alternativa a profundizar y pensar para una convivencia”, según este autor la vida no es desarrollo, crecimiento sino armonía y equilibrio.

Diferencia entre vivir bien y vivir mejor


Si bien no hago diferencia entre en buen vivir y el vivir bien, pero sí remarco la diferencia entre vivir bien y vivir mejor, hasta en el lenguaje cotidiano. Cuando una persona está enferma y alguien pregunta: ¿Cómo está? La respuesta suele ser está mejor pero no está bien. Estar mejor no significa estar bien.
Por ello, es importante marcar algunas diferencias entre el vivir bien y el vivir mejor. Son dos formas de vida que vienen de cosmovisiones diferentes, son dos paradigmas con horizontes distintos.


Vivir bien (vida en plenitud)
Vivir mejor

  • Respeto a la Pachamama, por eso se habla de derechos de la naturaleza, como sujeto de derechos.
  • Convivir con la naturaleza, reconoce a todos los seres de la madre tierra.
  • “Recursos naturales”: Tierra, agua, seres vivos
  • Democracia comunitaria, el pueblo tiene poder.
  • El consenso permite decir el pensar y sentir. No es unanimidad. Corazonamos
  • Estado plurinacional, reconocimiento de diversas culturas, varios símbolos.
  • Conocimiento y sabiduría en el pueblo, en su práctica y se transmite de generación en generación.
  • Volver a la pacha, al equilibrio, complementariedad, a la armonía
  • Valores: No mentir, No robar
  • Recuperar nuestra soberanía nuestra dignidad.
  • Justicia de la comunidad
  • Volver a unirnos, solos no existimos, juntos existimos.
  • El mundo =gran familia
  • Complementariedad, todos nos complementamos, el niño se complementa con el adulto.
  • Reivindicar los derechos de la madre naturaleza.

  • Pachamama, naturaleza como mercancía, para ser más rico y para negociar
  • Destruir la naturaleza, la sobreexplotación
  • “recursos naturales
  • Democracia representativa, gobierno de mayoría. Someter al prójimo
  • Voto, cuantitativo, pocos deciden
  • Estado monocultural, un solo símbolo
  • Acumulación del conocimiento en papeles y computadoras
  • Ganar más dinero, tener más poder, desarrollo ilimitado. Consumo inconsciente.
  • Competencia: ganar a costa de los demás. Competir única forma de relación. Robar no es vivir bien
  • Lógica del privilegio y del mérito Un ganador muchos perdedores.
  • Someter a los pueblos, al prójimo no es vivir bien.
  • Justicia de expertos


El boliviano, Fernando Huanacuni Mamani dice que “bajo la lógica del occidente, la humanidad está sumida en el vivir mejor. La lógica del vivir mejor ha generado una sociedad desigual, desequilibrada, depredadora, consumista, individualista, insensibilizada, … antropocéntrica”.

Como resultado de la aplicación de un modelo de desarrollo capitalista desenfrenado es que estamos en crisis energética, crisis financiera, crisis climática, ambiental. Los Estados monoculturales, neoliberales, nos han llevado a destruir la naturaleza, al desequilibrio y ha generado la crisis, es la causa de la crisis global
Y la solución que nos plantean los intelectuales neoliberales hay que seguir haciendo negocio con la pachamama, la hemos destruido haciendo negocio y hay que hacer negocio para salvarla.
El modelo de desarrollo capitalista busca el vivir mejor, y logró que unos país estén mejor y otros no; unos continentes mejor que otros. Unas personas mejor que otras. Está mejor pero no bien. Como países unos estamos mejor que otros pero no bien.

En Bolivia existe una postura de creer que los grupos que impulsan el vivir bien, son los guerreros del arco iris, basado en la profecía india Lakota, que señala:  “Cuando haya crisis, caos, cuando desde el sur del continente emerjan los guerreros del arco iris, ellos devolverán la belleza a la madre tierra. Cuando estén desapareciendo los animales aparecerán los guerreros del arco iris. Llegará el tiempo en que habremos de necesitar a “los que preservan las tradiciones, las leyendas, los rituales, los mitos y todas las viejas costumbres de los pueblos” para que ellos nos muestren cómo recuperar la salud, la armonía y el respeto a nuestros semejantes. Ellos serán la clave para la supervivencia de la humanidad, y serán conocidos como “Los Guerreros del Arco Iris”.

Según el Canciller Choquehuanca, vivir bien es volver al camino del equilibrio, a nuestro yan=caminos del equilibrio. Volver al pacha kuti= retorno al equilibrio. Vivir bien es recuperar nuestra soberanía, nuestra dignidad, volver a unirnos.
Nuestras culturas originarias han tenido la capacidad de organizarse económicamente, como familias y como comunidades, sin demasiadas brechas, sino en complementariedad, unos producen unas cosas y otros otras cosas, ahí nos complementamos. “Tenemos principios que pueden garantizar el equilibrio, el ayni entre familias, la mink`a entre comunidades”.

Si pensamos el mundo como una gran familia. En este sentido todos los humanos somos hermanos, pero no tenemos que pensar igual. Por ello, nuestro mundo es posible.
Desde el paradigma del vivir bien, tenemos que estar convencidos de que “nuestro mundo es posible”, el que tenemos en manos. Este nuestro mundo es posible y no decir otro mundo es posible, porque no sabemos cuándo llegará, lo que conviene es trabajar en este mundo en el que tenemos a nuestro alcance.
Asimismo, según Choquehuanca, la lucha de los pueblos indígenas va más allá de la lucha por la justicia, la democracia, va a preservar la vida: “Estamos trabajando por los derechos de la madre tierra, cuando se habla de los derechos de la madre tierra se está rompiendo, con el derecho romano. Reconocer a la madre tierra como sujeto de derecho. No sólo nos quedamos en los derechos humanos sino en los derechos de la madre tierra. Trabajar los derechos de la madre tierra es cambiar de cosmobiovisión y se debe hablar de multiverso” (Extracto de conferencia en Cochabamba, agosto 2013)

Vivir Bien y No mejor


Bolivia plantea el Vivir Bien, no un vivir mejor a costa del otro, sino un Vivir Bien basado en la vivencia de nuestros pueblos. Vivir Bien  es vivir es comunidad, y especialmente es complementariedad. Donde no hay explotados  ni explotadores, donde no haya excluidos ni quienes excluyan, donde no haya marginados ni marginadores. Mentir, robar, atentar contra la naturaleza posiblemente nos permita vivir mejor, peros eso no es Vivir Bien. Al contrario. Vivir Bien significa complementarnos y no competir, compartir y no aprovecharnos del vecino, vivir en armonía entre las personas y con la naturaleza.
El vivir Bien no es lo mismo que el vivir mejor, el vivir mejor que el otro. Porque para le vivir mejor frente al  prójimo se hace necesario, explotar, se produce una profunda competencia, se concentra la riqueza en pocas manos. Vivir mejor es egoísmo, desenterés por los demás individualismo.

Fuente : David Choquehuanca Céspedes, canciller  del Estado plurinacional de Bolivia. Extracto de su ponencia en el Encuentro Latinoamericano “Pachamama, Pueblos, Liberación y Sumak Kausay” Primer Centenario de Nacimiento de Mons. Leonidas Proaño. Quito , 27 de enero de 2010.
Por tanto el vivir bien es un horizonte que da sentido a nuestro caminar. Un autor boliviano, Fernando Huanacuni: “la humanidad necesita la ética del vivir bien para equilibrar la naturaleza y la cultura”

¿Qué es el vivir bien en la vida cotidiana?

El vivir bien se traduce en la vida cotidiana, en la realidad del comer, dormir, vestirse, educarse, etc.
Fernando Huanacuni Mamani, sintetiza el vivir bien de esta manera:  “el vivir  bien, es la vida en plenitud. Saber vivir en armonía y equilibrio, en armonía con los ciclos de la Madre Tierra, del cosmos, de la vida y de la historia, y en equilibrio con toda forma de existencia.
Es por eso que el camino y el horizonte de la comunidad, implica primero saber vivir y luego convivir. No se puede Vivir Bien si de los demás viven mal, o si se daña la Madre Naturaleza.  Vivir Bien significa comprender que el deterioro de una especie es el deterioro del conjunto” (Huanacuni, 2010:46)

Este mismo autor nos recomienda trece principios para Vivir Bien

El Pueblo Aymara ha guardado los siguientes principios para vivir bien o vivir en plenitud:

1.-Saber comer, saber alimentarse, no es equivalente a llenar el estómago; es importante escoger alimentos sanos.
En la cosmovisión andina todo vive y necesita alimento, es por eso que a través de las ofrendas damos alimentos también a la Madre Tierra, a las montañas, a los ríos.
La Madre Tierra nos da los alimentos que requerimos, por eso debemos comer los alimentos de la época, del tiempo, y el alimento del lugar.

2.-Saber beber. Antes de beber se inicia con la ch’all, dando de beber a la Pachamama, a los achachillas. Beber, tomar, ch’llar complementarse entrar al corazón, sacar del corazón y emerger del corazón para fluir y caminar como el rió.
3.- Saber danzar, entrar en relación conexión cósmico-telúrica, toda actividad debe realizarse con dimensión espiritual.

4.- Saber dormir. Se tiene que dormir dos días, es decir dormir antes de la media noche, para tener la dos energías; la de la noche y la de la mañana del día siguiente,  la energía de dos días. 

5.-Saber trabajar. Para el indígena originario el trabajo no es sufrimiento, es alegría, debemos realizar la actividad con pasión e intensamente.

6.- Meditar, entrar en un proceso de introspección. El silencio equilibra y armoniza, por lo tanto el equilibrio se restablece a través del silencio de uno y se conecta al equilibrio y silencio del entorno y como consecuencia de esta interacción y complementación emerge la calma y la tranquilidad.

7.- Saber pensar. Es la reflexión, no sólo desde lo racional sino desde el sentir, uno de los principios aymaras nos dice: sin perder la razón caminemos la senda del corazón.

8.- Saber amar y ser amado, el proceso complementario 

9.- Hablar bien. Antes de hablar hay que sentir y pensar bien, hablar bien significa hablar para construir, para alentar, para aportar, recomendemos que todo lo que hablamos se escribe en los corazones de quienes lo escuchan, a veces es difícil borrar el efecto de algunas palabras; es por eso que hay que hablar bien.

10.- Saber escuchar. En aymara  ist’aña no sólo es escuchar con los oídos; es percibir, sentir, escuchar con todo nuestro; si todo vive, todo habla también.

11.- Saber soñar. Partimos del principio de que todo empieza desde el sueño, por lo tanto el sueño es el inicio de la realidad. A través del sueño percibimos la vida. Soñar es proyectar la vida.

12.- saber caminar. No existe el cansancio para quien sabe caminar. Debemos estar conscientes de que uno nunca camina solo.

13.- Saber dar, saber recibir. Reconocer que la vida en la conjunción de muchos seres  y muchas fuerzas. En la vida todo fluye: recibimos y damos; la interacción  de las dos fuerzas genera vida.  Hay que saber dar con bendición, saber dar agradeciendo  por todo lo que recibimos. Agradecer es saber recibir; recibir el brillo del Padre Sol, la fuerza de la Madre Tierra, fluir como la Madre Agua y todo lo que la vida nos da.

Relaciones interculturales

Hasta aquí nos dimos el tiempo para mirar el vivir bien ahora veremos los procesos interculturales, ya que el título de la ponencia hace referencia al vivir bien y los procesos interculturales.

De entrada señalar que los procesos interculturales que se han dado en Bolivia han sido procesos de interacción e interrelación en condiciones de desigualdad, por ello se han profundizado las asimetrías entre las culturas, siempre ha existido una cultura dominante, y no sólo la cultura de fuera, la cultura extranjera sino también entre los pueblos originarios, entre las 36 nacionalidades que ahora son reconocidas en nuestra Constitución Política del Estado han existido culturas más fuertes que otras y que han dominado a las pequeñas.

A veces hemos migrado a otros departamentos con nuestra propia cultura quechua o aymara y en el oriente hemos invadido territorios con todas nuestras costumbres, en nuestro país los quechuas y aymaras somos mayoría. Nos hemos trasladado con nuestro baile, con nuestras comidas y con nuestras formas propias de vestir.

Según Jorge Viaña, coordinador del Diplomado Gestión Pública y Democracia Intercultural en el Instituto de Capacitación Democrática en Bolivia, la interculturalidad debe ser el paso de la coexistencia, tolerancia y convivencia entre desiguales a la construcción de una comunidad de ciudadanos – una comunidad de iguales. 

La pregunta es cómo nos convertimos en realmente iguales?

La lógica liberal nos da una receta muy legalista para construir sujetos supuestamente “iguales”, hay que construir reglas de igualdad, en la práctica no es suficiente incorporar en nuestras Constituciones la interculturalidad. A veces creemos que el problema de las asimetrías entre pueblos se resuelve constitucionalizando la interculturalidad.

Estamos hablando de la igualdad real en lo económico, político, social, cultural y simbólico y esto no concretará, porque las élites establezcan reglas de “igualdad”, lo fundamental no sólo se resuelve en el ámbito normativo.

El uso predominante del concepto de interculturalidad, en sus nuevas o viejas versiones, no tiene condiciones mínimas para dialogar, respetar y construir una igualdad real, porque en muchos aspectos hace parte de la matriz capitalista.

Por eso hace falta una postura crítica para develar los proyectos neoliberales de inclusión subordinada, darnos cuenta de supremacía absoluta del mercado. Cuestionar proyectos que siguen soñando con que el “león reposa con el cordero”. Es verdad que queremos una sociedad en armonía, en paz, pero en condiciones de igualdad, y donde podamos estar libres de toda forma de explotación y dominación. Hasta que no se cambien las estructuras de poder dominantes es imposible vivir la interculturalidad. 

Por ello, hay que dar pasos a una visión de interculturalidad que plantee cambios profundos del Estado, no debemos creer que la solución consiste en la “inclusión”, “reconocimiento” de los “indígenas”, de los “pobres” en los Estados actuales.

Los procesos de igualación real en lo político, económico y cultural deben generar reconstrucciones de los sistemas políticos, debe trastocar las relaciones de poder, de propiedad entre grupos dominantes y  las clases subalternas. Esto es lo que no se quiere discutir en ningún espacio o de habla en pocos espacios pero aún no se afecta al sistema capitalista.

Viaña nos hace pensar al afirmar: Cuando lo único que se dice de interculturalidad es que debemos “respetamos”, “dialogar” y ser “tolerantes” recíprocamente para vivir en “armonía” entre diversos, estamos ante una postura que a nombre de posiciones “realistas y responsables”, impide al avance de los procesos reales de igualación y transformación profunda.

La concepción dominante de interculturalidad, ampliamente difundida y lamentablemente aceptada, sólo se plantea las cosas a un nivel personal de convivencia y respeto mutuo, a lo más respeto y convivencia entre culturas o construir juntos reglas de igualdad, sobre la base de las mismas estructuras de poder, de propiedad y relaciones de dominación existentes, lo que equivale a mantener y reforzar la desigualdad real.

La “interculturalidad” entendida como respeto, tolerancia, sirve para amoldar a los movimientos indígenas y sociales, con la finalidad de que dejen de cuestionar la médula de la cultura moderna, que prioriza la propiedad y los beneficios de los grandes grupos de poder privilegiados del mundo globalizado. Esta interculturalidad sirve mantener la política de explotación y dominación de inmensas mayorías y también para justificar la destrucción de la naturaleza.

En su sentido crítico la interculturalidad busca una intervención en paridad entre subalternos y grupos dominantes. 

Estamos en una etapa en la que el capitalismo también promueve la diversidad, utilizando los términos de  multi e interculturalidad. Le interesa lo pluri y lo multi pero de manera domesticada, sin criticar a las relaciones de poder, que no cuestionen a ninguna de las formas de dominación y ni de explotación.
Esta lógica suele desprestigiar los valores comunitarios que cuestionan la conversión de todo en mercancía.
Por ello una postura crítica no puede solamente consistir en defender la “diversidad” y pedir “inclusión”, sino fortalecer los valores comunitarios para no dejarnos engullir por el mercado o las diversas formas de dominación.

En este sentido el vivir bien es el horizonte que puede orientar al mundo a existir en esta tierra desde otra óptica, vivir de modo digno siempre defendiendo la vida


BIBLIOGRAFIA
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Rina López Villarroel
Institución Teresiana
Bolivia

domingo, 26 de enero de 2014

“El Buen Vivir”, “la Plenitud de la Vida” y los procesos interculturales - Blanca Estela Fuentes Maldonado

Seminario Continental
Interculturalidad, sociedad y educación
Bogotá, 7 de octubre de 2013

           
I.                   El buen vivir, la plenitud de la vida, cosmovisión maya

“Estas voces que vienen de los primeros tiempos, hablan a los tiempos que vienen”.
 “(Eduardo Galeano).

“La vida y la humanidad se nutren de la riqueza de las diversas culturas”. Partiendo de esta convicción, voy a compartir lo que la cosmovisión maya aporta a la vida en constante interrelación y convivencia: una visión integral e integradora de la existencia, uniendo su aporte  a la construcción de una nueva oportunidad de vida para la humanidad.
Escuchar y acoger hoy, los aportes de la cosmovisión maya -Raxalaj Mayab´-,  llevan a cuestionar un mundo y una realidad  global y local que  se hace inviable,  de continuar con los desequilibrios, desigualdades y  exclusiones económicas, sociales, culturales, ambientales, tecnológicas. Las políticas económicas  excluyentes – las globales y las asumidas por los Estados -  demuestran el fracaso de la sostenibilidad de la vida humana,  al profundizar la injusticia,  la desigualdad, generando  mayor pobreza, mayor concentración  del capital y del poder.   En este momento las comunidades indígenas  se ven amenazadas en su derecho a la tierra y a la vida por la voracidad de las  empresas nacionales y transnacionales en contubernio con los gobiernos que otorgan licencias para la explotación de minas a cielo abierto y la construcción de hidroeléctricas, sin el consentimiento y consulta de las poblaciones y en muchos casos sin tomar en consideración las opiniones y manifestaciones de rechazo de las mismas comunidades, a pesar de que éstas se unen, se organizan,  luchan, resisten e intentan  llegar a acuerdos razonables para el buen vivir de la población.  La violación  de los derechos humanos individuales de la población en general, especialmente  los  derechos  colectivos de los pueblos indígenas, se ven postergados.  Esta situación nos plantea el reto de promover la vida,  defender la vida,  comprometernos con la vida en todas sus dimensiones Por todo ello   se hace imperativo enfocar la visión y la acciones a favor de la plenitud de la vida- K´aslemalil.
La cosmovisión maya es una fuente inagotable del espíritu  de la interculturalidad porque nadie es excluido, todo queda vinculado. La relación se da con  el universo, la tierra, la naturaleza, las personas, los animales, las plantas  y todas las cosas que existen. Para favorecer un buen vivir, la plenitud de la vida, una convivencia armónica,  se hace indispensable  el respeto a la madre naturaleza, a las personas y a todo lo que existe. Así como la relación de complementariedad, entre hombres y mujeres, la responsabilidad y la solidaridad. 

Cosmogonía maya
La cosmovisión maya plantea que cada una de las etapas de la formación del universo  es sustento para  la existencia de los otros seres. Cada parte desde lo micro hasta lo macro,  contiene la totalidad. Por  eso  se reconoce la misma dignidad  a todo lo que existe y, por lo tanto, se respeta el mismo derecho a existir.
Si cada parte es la totalidad originaria, pero diversa es su forma de expresión, es decir, de realización, entonces todas las expresiones de vida son complementarias entre sí.
La complementariedad es el resultado de la comunicación y entendimiento mutuo, es la forma de compartir el origen de la vida, y de volver a él permanentemente para continuar su evolución.  Este es el sentido de la co-creación.
La formación, es decir la materialización, tiene su sustento en la creación, en la energía. Sin energía vibracional no existe materia, pues la formación es expresión de la energía. El universo creado, con sus distintas manifestaciones,  llega  a la madurez para dar apertura a la existencia de la persona. Sólo después del paciente camino transitado para formarse, la Madre Tierra, expresión particular del Universo, inicia  su recorrido para alumbrar  uno de sus frutos más completos, “El averiguador, el buscador de la existencia”.
Creación de los animales, creación y formación de las personas, gente de tierra, de madera, gente de maíz.   “De Paxil, de Cayalá,…vinieron las mazorcas amarillas,  y las mazorcas blancas… Y así encontraron la comida y ésta fue la que entró en la carne del hombre creado, del hombre formado; ésta fue su sangre, de ésta se hizo la sangre del hombre.  Así entró el maíz por obra de los Progenitores…”Luego dieron las gracias al creador y al formador: ¡En verdad os damos gracias dos y tres veces!. …” (Popol Vuh).
En la creación y formación de la persona “esclarecida”,  la sabiduría de la Madre Naturaleza le ha dotado  de un organismo complejo que le posibilita percibir el universo, reconocer la fuente de vida, y relacionarse ampliamente mediante su conciencia. Varios ensayos se dieron para que esta perfección llegara a ser.
La sobrevivencia de la persona y de la continuidad de la humanidad depende de su conciencia, la cual, en su capacidad auto-reflexiva, se reconoce como fruto de la Madre Naturaleza y del Cosmos. Este ser creado se sabe   continuamente guiado y protegido por el Universo, la Madre naturaleza y los ancestros y agradece continuamente por su vida y su existencia, la existencia de todo lo creado y la vida de la comunidad y de los pueblos. La persona es el ser esclarecido que respeta, invoca, agradece, y alimenta las fuerzas formadoras y creadoras de la vida.  Quien está  llamada a la realización equilibrada y armoniosa de la vida.  Equilibrio que se dará si recobramos  nuestra interconexión con la Madre Tierra, el Padre Sol y la Abuela Luna, si recobramos  nuestra convivencia e interrelación fraternal con las plantas, los animales y la diversidad de la humanidad, para sentirnos y hacernos uno junto  con el universo. La reconexión con los orígenes es reencontrarse consigo mismo, como persona, como familia, como grupo, como pueblo, como humanidad.

La misión en la vida
Todas las personas fuimos concebidas y nacimos en un tiempo-espacio-movimiento del universo, el cual nos ha legado ciertas cualidades y facultades.  Por eso es necesario descubrir nuestras facultades y cualidades para cultivarlas, hacerlas florecer y ponerlas al servicio de los otros seres. En la medida que aportemos desde nuestras cualidades y facultades, estaremos realizando nuestras vidas y nuestra misión como seres cósmicos.
La destrucción de la sagrada naturaleza es una evidencia catastrófica  de nuestra desconexión con la vida.  De la misma manera las imposiciones, las invasiones, las represiones y las exclusiones, están llevando hoy al peligro de la destrucción de la vida.
Pero el universo nos enseña también un camino de  serenidad, reflexión,  recapacitación y  restitución. Porque las equivocaciones son parte del camino  que nos permite recobrar la ética de la responsabilidad, la libertad y la justicia.
Para continuar con la multiplicación de la vida, es imprescindible restablecer las estructuras y relaciones familiares, colectivas y sociales de inclusión, de complementariedad y de participación plena, para volver a ser como humanidad, posibilitadores de vida en su más extensa diversidad.

Convivencia armónica con el micro y macro cosmos
La Madre Tierra es un ser vivo que engendra, da a luz, alimenta, purifica y protege a sus descendientes. Ella es receptiva y se sintoniza con las energías del cosmos. En la relación con la Madre naturaleza, descubrimos que somos un microcosmos, y, entonces, desarrollamos el respeto por todo lo que existe, como principio primordial de relación.  No podemos sostener nuestra vida humana  sin respetar el auto-sostenimiento de la Madre Tierra.  Solo si todos los seres de la naturaleza pueden ser, solo entonces, la persona humana puede ser. El grito de la vida nos pide solidaridad entre humanidad y naturaleza. Solidaridad entre pueblos, entre comunidades, entre familias, entre personas. Solidaridad es reconocer que somos parte de un todo, que sin el todo no podemos ser, y que el todo necesita de nosotros. Convivencia y solidaridad son compartir   las esencias de vida con los animales, las plantas,  los minerales,  el viento, el agua con las personas.
Pero la humanidad actual se ha olvidado de la esencia de la vida,  y se ha dejado vislumbrar por la acumulación, por el dinero. Las expresiones de la vida dejan de tener su razón de ser  y son convertidas en objetos de utilidad económica: la tierra, los minerales, las plantas, los animales, el viento,  el agua, las personas.
Reparemos las heridas del pasado, y las agresiones del presente contra la Madre Tierra y contra la humanidad, para que surja la paz y la plenitud de la vida.
La desconexión con la conciencia y su sabiduría,  ha traído consigo el irrespeto, la autosuficiencia y la prepotencia. Desde la más íntima de las enfermedades, hasta la más colectiva de las violencias,  son expresión de desconexión y aislamiento de la vida cósmica y la naturaleza.
Todos los seres tienen derecho a vivir su vida plenamente, nadie tiene el derecho a amenazarla, cohibirla o cortarla. Porque cada engendramiento, cada nacimiento, cada crecimiento,  y cada madurez son un milagro de vida;  son expresión sagrada de co-creación.

Dualidad y complementariedad
El universo es movimiento de reciprocidad.  Sus estados y manifestaciones son siempre duales y de complementariedad. Oscuridad-luz; formación-desintegración; frío-calor; nacimiento-muerte; humedad-sequedad; día-noche; origen-madurez. Es la constante sintonía del universo entre sus particulares manifestaciones. La Madre Tierra se sintoniza permanentemente con el Padre sol y la Abuela luna. La dualidad es expresión de pares con cualidades diferentes pero complementarias. El día y la noche son una expresión hermosa de esa complementariedad.  Es la convivencia armónica entre distintos. La claridad es el movimiento, la acción, el trabajo, la producción, cultivo de vitalidad. La oscuridad es el reposo, el descanso, el reencuentro, la recuperación. Ambos estados se ceden el paso el uno al otro, se esperan, se unifican para la realización de la vida. Espiritual y energéticamente somos una dualidad entre realización y limitación, primavera y otoño, felicidad y tristeza. El punto de encuentro está en el aprendizaje personal y colectivo.  El aprendizaje es encuentro consigo mismo, para encontrarse en los otros.  Recíprocamente, cuando encontremos el ser de los otros, nos encontraremos a nosotros mismos.  Ha llegado el preámbulo del tiempo de la luz, tiempo de aprendizaje para volver a florecer y dejar florecer, recíprocamente.  Es necesario emprender ese camino,  creando y potenciando espacios de encuentro, de solidaridad, de reciprocidad fraternal.  Reciprocidad entre humanidad, entre humanidad-Madre Tierra y Cosmos.

Celebrar la vida
La celebración de la vida, es la celebración del equilibrio y de la armonía.  Celebrar es entender la razón de ser, el sentido de existir.  Porque todo en la existencia  tiene su razón de ser, tiene su misión.  
Ser estrella, ser galaxia, ser piedra, ser planta, ser persona tiene su razón de ser. Ser mujer, ser hombre; ser niño, ser joven, ser anciano, ser madre, ser padre tiene su razón de ser.  Encontrar y cultivar nuestra razón de ser, sólo se puede si establecemos comunicación  y relación con todos los seres que existen en el cosmos. El tejido de la comunicación y de la relación es presencia.  Presencia con nuestro respeto, nuestra voz, nuestra energía, nuestro trabajo. Cultivar nuestra presencia es tener conciencia de que no estamos solos.  Con nuestra comunicación, relacionamiento y presencia descubrimos la razón de ser de todos los seres de la Madre Tierra y del universo y entonces, el reencuentro con este tejido explica nuestra existencia personal.
El cultivo de la razón de ser y la presencia florece en la autoridad. El Padre Sol, la Madre Luna; la montaña, la laguna, la cueva; la sagrada naturaleza tienen autoridad. La autoridad viene de la realización de su ser y del ejercicio de su ser.  El ejercicio de su ser sólo se da mediante su entrega, su servicio, su respeto a la colectividad, a la Sagrada  Naturaleza,  a la humanidad y al cosmos. Sin su realización y sin su servicio no tendrían autoridad. Autoridad como respeto a la colectividad, como servicio a la colectividad, desde la razón de ser, desde la misión existencial que cada uno tiene.
La complementariedad de misiones y la interrelación de misiones existenciales hacen que la humanidad sea sociedad, sociedad en equilibrio y en armonía.  Porque vivir es compartir las responsabilidades, los sueños, la esperanza, la alegría, las limitaciones; vivir es compartir la existencia. La realización de la vida humana está en respetar, en vivir con armonía con la Sagrada Naturaleza, la cual nos da lo necesario para vivir dignamente.  Y la dignidad no está en la acumulación, en el acaparamiento, en la exclusión. La dignidad, está en el compartir, en la protección, en la reciprocidad. 
Todo habla. La vida es comunicación, su palabra siempre es aliento de vida, es sustento de vida. La palabra como medio de comunicación, es tejido de colectividad; crea colectividad.  Por eso la palabra es consejo, en el sentido de expresión de solidaridad para la realización de  la vida de los otros seres. La palabra respeta la libertad y la realización particular. Mediante la palabra comulgamos nuestro espíritu, para construir nuestro  ser cósmico, para realizar la plenitud de nuestra vida. Consejo en la familia, Consejo en la Comunidad, Consejo en la sociedad.
La cosmovisión del  pueblo maya  sigue alimentando un proceso que propone vida, equilibrio y armonía para todas y todos los seres humanos.  Construir y cosechar vida con justicia y armonía requiere superar aquellas relaciones, estructuras y condiciones  que generan muerte e injusticia.  (Raxalaj Mayab´ K´aslemalil)

La relación y convivencia armónicas y equilibradas que se propone desde la cosmovisión maya, contrasta  con las relaciones interétnicas conflictivas que se han construido a lo largo de la historia, desde la etapa pre-colonial, la colonia y el surgimiento del Estado hasta el día de hoy, construyéndose relaciones interétnicas basadas en la opresión, la explotación y el racismo, dándose relaciones desiguales de poder, y de negación de lo diferente, siendo esta diferencia motivo de desigualdades, con la pretensión de una igualdad homogenizadora.  Las diferencias culturales han sido   en provecho de un grupo en detrimento del otro, en el caso de Guatemala, en detrimento de la población indígena-maya, y de la población ladina empobrecida,  para justificar un sistema de dominación y exclusión. Lo que ha generado actitudes y procesos discriminatorios, dándose  un trato desigual en la sociedad, que excluye  de los derechos individuales y colectivos, de la participación real y la construcción de un Estado incluyente.
Guatemala, es un país pluricultural (por la diversidad de culturas que lo habitan); multilingüe (por los 25 idiomas que se hablan); y multiétnico ( por sus 25 etnias).  En los Acuerdos de Paz firmados en 1996 se reconoce que en el país cohabitan 4 culturas: Maya, Xinca, Garífuna y Ladina o Mestiza).

Ante esta realidad, el reto es  construir entre todos y todas una compartida nación interétnica,  justa y democrática. Por lo que se hace necesario garantizar el ejercicio igualitario de las prácticas culturales  diversas que conforman el ensamble cultural que es Guatemala. Esto implica no solo un respeto a las diferencias culturales, sino, al mismo tiempo, la previa condición de la institucionalidad democrática mínima que garantice todo esto desde el poder, que pasa por la crítica del poder ladino y criollo, para que en  la guatemalidad política y económica estén colocados de manera plena   los indígenas, y  las etnias minoritarias, respetando sus especificidades culturales. Hay que admitir que la  ladinidad es hegemónica y dominante;  y que este hecho debe corregirse mediante  una negociación interétnica que busca compartir y descentralizar el poder, así como democratizar las prácticas culturales.

Otro de los aspectos a  resolver es el mestizaje conflictivo que se ha vivido en Guatemala: la negación del “otro” como mecanismo de autoafirmación; la negación del indio que todo ladino lleva dentro (por razones originarias, coloniales, de mestizaje), y la negación del ladino que todo indio aborrece pero que tiene de modelo impuesto por la colonización y la opresión. Reconocer que la cultura y la identidad ladinas participan de la cultura occidental y de la indígena, sabiendo que se tiene ancestros africano, asiático, europeo.
Las crisis de identidad que se vive  requiere que asumamos que el “otro” habita en nosotros y que es parte constitutiva nuestra.  A partir de allí podemos establecer diferencias  y crear una normativa para que sean respetadas por unos y por otros.
Existen huellas de otros significados e identidades culturales en los significados e identidades propias.  La identidad maya o indígena y la identidad ladina no pueden definirse ni asumirse sin referencia al otro y a los otros. 
Para construir esa nación interétnica, justa y democrática, hace falta un sujeto de conciencia, que ejerza  la interculturalidad desde su diferencia.  Es un sujeto de conciencia, no importa si es maya, si es indígena, si es ladino de oriente, si es ladino del altiplano, si es ladino pardo de jalapa, no importa.  Sujeto que  es consciente y crítico de los  estereotipos inferiorizantes que maneja, y se niega a considerarse superior o inferior en relación a  los otros diferentes. 

 El  dar pasos decididos hacia una nación radicalmente democrática  nos plantea el  desafío  ABRIR CAMINOS A LA INTERCULTURALIDAD, y entre otras múltiples propuestas están  las siguientes:

*Si la  interculturalidad se caracteriza por el esfuerzo de comunicarse e interrelacionarse entre individuos y grupos,  y saberes culturalmente diferentes y de cooperar en forma solidaria, se plantea el desafío de  desarrollar una mayor comunicación e interrelación entre distintos sistemas de conocimiento, saberes y prácticas locales; y entre personas y grupos que se identifican de manera diferente,  buscando niveles de complementariedad  sin deslegitimar ni lo propio ni lo ajeno.  Se hace imprescindible intentar,   incentivar y potenciar  acciones de cooperación que permitan aprender, trabajar, y actuar de manera colaborativa, identificar asuntos comunes que nos afectan, analizar y resolver conflictos y problemas reales y actuales, y desarrollar actitudes de respeto, responsabilidad y solidaridad.

*Se requiere de Políticas interculturales que lleven a la comprensión del valor cultural de la contraparte, el “otro”, para lograr una comunicación intercultural fluida y no una diferenciación separadora, para hacer de las diferencias  un ejercicio cotidiano digno y orgulloso, como parte de un concierto más amplio de diferencias que reclaman su especificidad, asumiendo que cada mestizaje diferenciado  y específico forma parte de un todo multicultural, que requiere de su democratización en igualdad de condiciones, para realizar  acciones sociales y políticas plurales conjuntas (Morales).

*Para diseñar y poner en práctica políticas interculturales contra la discriminación y el racismo, es indispensable hacer participar a toda la ciudadanía multicultural en un proyecto económico incluyente, donde el desarrollo pleno y por tanto el ejercicio de los derechos humanos individuales y colectivos sean condición para la igualdad y la equidad (Morales).
                  
*La interculturalidad requiere un giro en cuanto a las formas tradicionales de relación entre las diferentes expresiones culturales, pasar de la negación al reconocimiento de las distintas identidades culturales que existen en el país, de la discriminación a la estima y autoestima étnica, y de las políticas genocidas por motivos  ideológicos, políticos y étnicos,  al  “nunca más”.

*Construir relaciones interétnicas que tengan de base el conocimiento y reconocimiento del otro y de la otra, que lleven a relaciones de confianza, comunicación efectiva, diálogo y debate, aprendizaje e intercambio, hará posible  la construcción de consensos y propuestas  diversas a favor de todos y todas.

*El buen vivir, la plenitud de la vida, requiere de  “ciudadanos interculturales en un país multicultural”.

 Dejarnos afectar por el espíritu de la interculturalidad que  nos aporta la Cosmovisión Maya,  abre  posibilidades  de transformación y humanización  de nuestras relaciones e interacciones y hará posible que éstas sean armónicas, para la construcción de un Estado Incluyente.
                           
Y para finalizar :

“¡Oh tú, Tzacol, Bitol! ¡Míranos, escúchanos! ¡No nos dejes, no nos desampares, oh Dios que estás en el cielo y en la tierra, Corazón del Cielo, Corazón de la tierra! ¡Danos nuestra descendencia, nuestra sucesión, mientras camine el sol y haya claridad! ¡Que amanezca, que llegue la aurora! ¡Danos muchos buenos caminos, caminos planos! ¡Que los pueblos tengan paz, mucha paz, y sean felices; y danos buena y útil existencia!... Que amanezca y que llegue la aurora”… (popol vuh)


BIBLIOGRAFÍA:
-Raxalaj Mayab´ K´aslemalil. Cosmovisión maya, plenitud de la vida. PNUD. Primera Edición. Guatemala 2006.
-Morales Mario Roberto. La articulación de las diferencias o el síndrome de Maximón. Edit. Consucultura.  Tercera edición aumentada. Guatemala 2008.
-Informe Nacional de Desarrollo humano 2005. Diversidad Ëtnico-cultural: la ciudadanía en un Estado plural. Guatemala 2005.
-Voces interculturales. Cátedra Unesco. Guatemala, 2010.
-Cultura maya e interculturalidad. PRODESSA. Guatemala 2010.
-Tejiendo Palabras que Liberan. Intered-Fundación Pedro Poveda. Guatemala, 2011.
-Popol Vuh. Adrián Recinos. Editorial Piedra Santa. Quinta Edición. Guatemala 1998.







Blanca Estela Fuentes MaldonadoProyecto Socioeducativo Xajanaj Kahalepana
Guatemala




sábado, 4 de enero de 2014

GLOBALIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD: entre lo local y lo global - Iluminada Rosario Cruz

Seminario Propuesta Socioeducativa
Bogotá, Columbia
Oct. 5-9, 2014



GLOBALIZACIÓN  E INTERCULTURALIDAD: entre lo local y lo global
-ALGUNAS APORTACIONES-

Iluminada Rosario Cruz




INTRODUCCIÓN


1. LA MULTICULTURALIDAD Y LA INTERCULTURALIDAD EN AMÉRICA LATINA


2. ¿UNA GLOBALIZACIÓN O DIVERSAS GLOBALIZACIONES?


3. LA GLOBALIZACIÓN Y  LO INTERCULTURAL


3.1 Desde la filosofía de Kwame A. Appiah
3.2 Desde la Iglesia


4. ENTRE LO LOCAL Y LO GLOBAL


5. PROPUESTAS DE LÍNEAS DE TRABAJO



GLOBALIZACIÓN  E INTERCULTURALIDAD: entre lo local y lo global
-ALGUNAS APORTACIONES-



INTRODUCCIÓN


En nombre del Equipo del Consejo de Cultura IT y del mío propio, agradezco la invitación a participar en este Seminario, “Interculturalidad, Sociedad y Educación”, organizado por la Comisión de la Propuesta Socioeducativa de América. El tema que nos convoca es complejo y de mucha actualidad. Con nuestra intervención queremos aportar a los esfuerzos y a las realizaciones que la Institución Teresiana  desarrolla en América para que los sujetos que acompaña,  sus miembros y sus colaboradores, tengan una comprensión crítica y propositiva con respecto al eje Globalización e interculturalidad desde una mirada estratégica  que tiene en cuenta los nexos posibles entre lo local y lo global.   



1. LA MULTICULTURALIDAD Y LA INTERCULTURALIDAD EN AMÉRICA LATINA
La multiculturalidad en el mundo latinoamericano es un hecho, un acontecimiento que nos constituye. Mientras que la reflexión sobre la interculturalidad en la región es cada día más abundante, todavía no nos constituye, pero si está presente en la agenda académica y en la agenda política de nuestros países. Es más, la actualidad ya no puede ser  pensada seriamente ni gestionada acordemente sin tener en cuenta la diversidad cultural.


Se puede afirmar que prácticamente todos los países del mundo son multiculturales, las casi 200 naciones del mundo contienen cerca de 5000 grupos étnicos. En la mayoría de ellas existen cerca  de mil millones de personas que  pertenecen a grupos que enfrentan discriminación y exclusión. El humanismo etnocentrista de Occidente  reconoce prioritariamente unos valores: los derechos del individuo, no de los pueblos; el desarrollo económico a costa del hambre y pobreza de la mayoría de la población mundial; la productividad, la ganancia, el crecimiento macroeconómico.


En América Latina existen aproximadamente 40 millones de indígenas que conservan sus propias formas de organización social, económica,  política y sus propias identidades. Pero en estos nuevos tiempos se afirman dos maneras de considerar al ser humano: unos son ensalzados y otros son negados al no reconocerle su dignidad.  Las  culturas originarias, así como las afroamericanas, en la región  se convirtieron en un “objeto colonizado, es decir, neutralizado social, cultural y políticamente, y en  la raíz de su  marginación  se encuentra este proceso de occidentalización que rechaza las diferencias, a las cuales excluye o encubre” (Heise: 56).  Siempre ha existido la multiculturalidad, lo nuevo  de hoy  es que surge  una creciente conciencia de que cada cultura es tan valiosa como las otras y que por lo tanto su autoafirmación con otras culturas debe darse  en igualdad de condiciones.


Interculturalidad: concepto y actitud
La interculturalidad es un concepto y una actitud. Para comprender la realidad  críticamente y  estar orientados y orientadas a una acción transformadora es necesario también “sentir” la realidad, porque ésta no se constituye solamente de datos, sino de vivencias que nos pueden impulsar más allá de nosotros mismos.  “Las emociones no son solamente la expresión de la sociabilidad sino que son apoyos comunicativos, las personas las emplean para caracterizar actos y persuadir a otros, o sea, están ligadas a situaciones políticas y culturales, de las cuales no pueden ser disociadas” (Neyra: 74-75).
La interculturalidad  se da cuando miembros de culturas diversas tienen su cultura de origen, como situación histórica original, que le sirve de punto de apoyo para comunicarse. Pero esta  herencia que sitúa a un miembro de una cultura en una visión específica de sí misma, de sus relaciones con los otros y con el mundo, está abierta al diálogo con “otros” en la convivencia diaria y en la construcción de estructuras sociales.
No es lo mismo vivir la diversidad cultural de forma en que unas culturas están subordinadas a otras, que vivir en medio de un comportamiento y convivencia social  intercultural. Tampoco es lo mismo conocerla que pensarla. De ahí que sea muy importante impulsar el conocimiento, el pensamiento y el compromiso con la interculturalidad. Conocer consiste en "representar" algo, trayéndolo cosificado como objeto. Al pensar construimos, a través del habla, un horizonte de significación que se siente como propio y, por lo tanto, nos convoca a asumir compromisos éticos y políticos desde la autoconstrucción de identidades abiertas al diálogo. Comprometerse es hacer coherente el pensar y la praxis.


La interculturalidad como meta ética y política


En América Latina, la presencia de la interculturalidad en la vida política  se deriva de los efectos negativos de las políticas excluyentes. La interculturalidad,  perfecciona el concepto de ciudadanía y de ciudadanías porque se refiere a que el sujeto democrático es un sujeto ético – político, es un sujeto situado histórica y culturalmente, es plural, es diverso, un sujeto que tiene opciones de vida a partir de asumir, como valor fundamental, el reconocimiento de los otros como referente de sus propias posibilidades de ser y existir y, por lo tanto, se juega en la interlocución con esos otros(as) por una opción posible de vida en solidaridad.


La injusticia cultural es la otra cara de la injusticia económica por  esto la gran lucha contra la pobreza y el reconocimiento de la diferencia cultural implica  otros desafíos éticos y políticos en los países latinoamericanos. Por ejemplo, el desafío de continuar la  lucha sostenida contra el sistema de  corrupción, que significa la “muerte cívica” de los países que ha causado profundos estragos en las conciencias y en las instituciones  trastocando la realización de los valores culturales propios.


2. ¿UNA GLOBALIZACIÓN O DIVERSAS GLOBALIZACIONES?


El término, “Globalización”, es un término muy extendido, pero no se encuentra consenso en su significación. Uno de los grandes problemas para plantear una reflexión sobre la globalización es la multitud de miradas que hay sobre ellas. Tras la palabra “globalización” se ocultan concepciones muy diversas. Percibirla, desde las fuerzas y debilidades que propician en  la práctica social latinoamericana existente, es un desafío en nuestra región, respecto de la  diferente  mirada desde los mayores centros de poder del mundo.


En sentido general, se ha denominado así al proceso que emerge al concluir la Guerra Fría (1989). Se caracteriza por ser un proceso económico-político y tecnológico, a gran escala, que consiste en el crecimiento de la interdependencia de los distintos países con sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. La globalización es a menudo identificada como un proceso dinámico producido, principalmente, por las sociedades que viven bajo el capitalismo neoliberal y que han abierto sus puertas a la revolución de la tecnología informática.


Pero existen otras percepciones, como la publicación de Peter Berger y  Samuel Huntington,  sobre Globalizaciones múltiples, que afirma que  los diversos  matices que tiene el proceso de globalización dan lugar a hablar de múltiples globalizaciones. De este modo, esta gran fuerza del mundo contemporáneo  es un desafío al que se enfrenta hoy  la humanidad. Esta fuerza o proceso desplegado, por los hombres y mujeres de los últimos tiempos.


3. LA GLOBALIZACIÓN Y LO INTERCULTURAL


La interrelación entre estos dos ejes podemos verla desde diferentes perspectivas. Para nosotros resulta interesante focalizar  los puntos de vistas que desde la filosofía presenta  Kwame A. Appiah y, la que desde la fe presenta la Iglesia  de nuestro continente.


3.1 Desde la filosofía


Para el filósofo anglo-ghanés, Appiah (Londres 1954), se trata de hablar más bien de  “cosmopolitismo parcial” que de globalización. Según este autor, más conviene a la humanidad, el cosmopolitismo, que la globalización. Appiah no lo ve como una solución sino como un ideal. Para este filósofo,  actualmente, se exagera el poder de la diferencia en desmedro del valor de la semejanza. Por lo que afirmará que, fundamentalmente, necesitamos desarrollar el hábito de la coexistencia a manera de “conversación, en su sentido más antiguo”. El sentido más antiguo, en el sentido de lo más profundo, no puede ser, sino el de la cultura.


Appiah afirma que, a causa  de la actual red de información mundial, se puede influir en las vidas de todo el planeta, y asimismo, se puede aprender sobre la vida de hombres y mujeres que se desarrollan en cualquier lugar.  Para Appiah a cada una de las personas que se conoce  y en quien se puede influir es alguien ante quien tenemos responsabilidades. Decir esto no es más que afirmar la idea de ética o moral propiamente dicha. Esta concepción de responsabilidad ante los otros hace pensar en las consecuencias éticas que tiene la propia existencia. Más aún, hace pensar que, como especie, se tiene el reto ético de tener ideas y crear instituciones que nos permitan vivir juntos en la “aldea global” porque la cuestión grave es que, al mismo tiempo, que nace un mundo interconectado e interdependiente, se acrecienta la brecha entre los pueblos incluidos en él y los excluidos, que son la inmensa mayoría.


El aporte de Appiah de desarrollar el hábito de la coexistencia a manera de “conversación, en su sentido más antiguo”, nos asocia el quehacer intercultural. La interculturalidad es conversación o diálogo intercultural y las culturas nos remiten al sentido más profundo que viven sus miembros. El sentido del diálogo nos remite a palabras  que suenan para ser escuchadas y palabras que se pronuncian para que el otro o los otros las escuchen. Nada potencia más que el sentimiento de ser escuchado, de ser reconocido.


El sustento principal de la descolonización son las personas y los grupos que afirman lo propio en relación con los otros. Enraizados y en apertura, porque es necesario que la voz de cada uno y de cada una, se escuche y, que se escuchen todas las “voces de la humanidad” sin que nadie pretenda ser “voz de los sin voz”, que es una vez más una forma de colonizar. El diálogo intercultural lleva a la responsabilidad, según la manera de enfocar de Appiah, hasta el punto que para darse requiere la apertura de un tercer espacio, común, para los dos hablantes. Sin este tercer espacio común no se puede realizar el diálogo intercultural.  


3.2 Desde la Iglesia


Gran parte del contenido del documento final de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y de El Caribe, Documento de  Aparecida (Brasil, 2007)  tiene que ver con el alcance global de los acontecimientos presentes y su impacto en lo cultural.  


En el discurso inaugural de la Conferencia de Aparecida, Benedicto XVI planteó que  la globalización es una gran oportunidad para la tarea evangelizadora porque la globalización establece con mayor claridad que nunca la amplitud de la responsabilidad que los cristianos deben asumir. La fraternidad hoy incluye "relaciones de nivel planetario", que son "un logro de la familia humana" y que expresan la "profunda aspiración del género humano a la unidad".  No se puede no ser parte de la globalización (DA 60).  Pero advierte, a la vez, que estas relaciones, estos logros y estas aspiraciones se dan entremezcladas con muchísimas injusticias, fatales y frustrantes por las características que ha adquirido la globalización actual que excluye a Dios.  Se trata por tanto de ejercitar el discernimiento que corresponde, con la preferencia otorgada a los más necesitados de ayuda y colaboración.


El anuncio del Evangelio es proclamado y recibido por hombres y mujeres, profundamente vinculados a una cultura.  La Iglesia, por tanto, para realizar su tarea propia, la de evangelizar debe tener una palabra sobre las interrelaciones culturales. En la Encíclica “Caritas in veritate” se plantea que: “Hoy, las posibilidades de interacción entre las culturas han aumentado notablemente, dando lugar a nuevas perspectivas de diálogo intercultural, un diálogo que, para ser eficaz, ha de tener como punto de partida una toma de conciencia de la identidad específica de los diversos interlocutores” (No. 26).


Sin embargo no se puede obviar la mercantilización de los intercambios culturales. Esta Encíclica advierte que cuando ocurre el eclecticismo y el abajamiento de lo cultural, se  separa la cultura de la naturaleza humana y, la humanidad corre nuevos riesgos de sometimiento y manipulación. Así, las culturas ya no saben encontrar su lugar en una naturaleza que las transciende, terminando por reducir al hombre a mero dato cultural.


A su vez Francisco, nos indica que el diálogo, la comunicación en esta era del internet está llena de posibilidades, aunque no cierra los ojos a sus elementos nocivos. En su discurso   en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, 21 de septiembre 2013,  señala que “La comunicación sirve a la Iglesia para insertarse en las realidades concretas de nuestro tiempo, para hablar a la humanidad”. La Iglesia también valora  la responsabilidad que tenemos con toda la humanidad y, aun, más, con toda la creación.


4. ENTRE LO LOCAL Y LO GLOBAL
Las múltiples globalizaciones  desafían a la humanidad actual a una manera de vivir donde cada quien se identifica con su cultura, con su país y, a la vez, no considera  “extranjeras” a las demás culturas, ni a las personas de otros países. Esto es lo que permitiría un modo de pertenecer, a la vez, al lugar en el que se está y a la comunidad humana que nos incluye. El reto es tener la perspectiva  amplia y saber actuar localmente. La amplitud de miras sitúa el quehacer cotidiano con mejor orientación, eficacia y eficiencia. Esto queda expresado maravillosamente en el poema del autor argentino, Rafael Amor, cantado por Facundo Cabral y Alberto Cortés: “No me llames extranjero”.
El filósofo Jorge Secada nos recuerda que es importante, “pensar el futuro, imaginarlo y articularlo, honrando la verdad y el pasado que lo antecede, expandir en nuestra mente los límites de lo posible, pensarlo con absoluta libertad, es irnos construyendo, ir dándole forma a quiénes somos y queremos ser”. Los latinoamericanos  estamos escribiendo nuestra historia. Vamos dejando atrás décadas de dictadura y violencia, pero nos cuesta narrar los hechos actuales  haciéndonos justicia. Llevamos encima la carga de la conquista y sus múltiples exclusiones y mestizajes. Lejos de abrir las puertas para el ejercicio generoso de nuestra libertad, la independencia nos legó unos países partidos en múltiples pedazos. Nuestro problema no es solo la pobreza. Es también y principalmente el reconocimiento y cuidado de nuestras muchas identidades, de nuestra identidad plural y rica. Nuestra independencia regional, moderna y liberal fue homogeneizadora, en un continente cuya esencia es la multiplicidad de sus culturas, la vastedad de su humanidad. Es tiempo ya de tomar nuestra historia  en nuestras manos.
No perdamos de vista que los liberales, nos proponen como centro de la vida la riqueza del dinero, pero: “La lógica del crecimiento económico actual hace que los costos sociales y ecológicos, necesarios de asumir para mantener el ritmo, resultan más costosos que los beneficios obtenidos; y, por otro lado, la velocidad de la innovación tecnológica, con el consecuente envejecimiento de todo nuevo producto, va tan rápido que en muchos rubros el capital no recupera su inversión” (Santuc: 113)
Otra es debemos trascender los deseos y sentimientos que se agotan en el presente y las modas y prejuicios que nos obnubilan. Debemos más bien percibir con la imaginación nuestro bien auténtico.
¿Seremos capaces de soñar un futuro digno de quiénes somos? Esa es nuestra empresa imposible, ser luz y sal de la humanidad, desplegando  aquella “esencia” que le hable a todas las culturas, reconociéndolas en su multiplicidad inagotable.


5. PROPUESTAS DE LÍNEAS DE TRABAJO


  • Producir herramientas educativas que permitan convertir en realidad, la posibilidad que tiene nuestro continente de adquirir la igualdad de condiciones socioeconómicas y políticas, para el diálogo y  la convivencia intercultural. Esto permitirá a  América, una convivencia social caracterizada por la convergencia en una historia compartida.
  • Promover la unión en la lucha por la justicia, por la distribución equitativa  de los bienes y la solución a la problemática de la injusticia cultural a través de la erradicación de la pobreza y el reconocimiento de la diferencia cultural.
  • Impulsar en la sociedad civil el diseño de acciones concretas que tengan incidencia en los Estados para la aprobación de políticas públicas que promuevan la interculturalidad en la educación, en la salud, en la administración de justicia y, en fin, a todo lo que conduzca hacia un desarrollo sustentable.
  • Consultar  a los pueblos indígenas y a la población afroamericana al momento de la toma de decisiones  sobre todo lo que les atañe directamente.  
  • Trabajar por el ejercicio irrestricto de los derechos humanos, que  nos unen y hacen posible la fraternidad y la solidaridad universal.



BIBLIOGRAFÍA
ANTONCICH, Ricardo, sj;  SANTUC, Vicente, sj; SIMONS, Alberto, sj; Wicht, Juan Julio sj. 2009. Una ética para tiempos difíciles. Lima: UARM.


APPIAH, Kwame Anthony (2007). Cosmopolitismo La ética en un mundo de extraños. Traducido por Lilia Moscón  Buenos Aires: Katz Editores.


BENEDICTO XVI. Encíclicas: Su primera encíclica, “Deus caritas est”.  2005 y la tercera encíclica, “Caritas in veritate”. 2009.


DÍAZ-POLANCO, Héctor. .2006. Elogio de la diversidad. Globalización, multiculturalismo y etnofagia. México: Siglo XXI.


HEISE, María. (2001) Interculturalidad. Creación de un concepto y desarrollo de una actitud. Lima: Programa FORTE-PE.


NEYRA, Hugo. 2001. El mal peruano. 1990-2001. Lima: SIDEA


SECADA, Jorge. “El sentido del tiempo”. Diario 16. 28 de septiembre 2013.


V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y EL CARIBE. DOCUMENTO FINAL DE APARECIDA.



Iluminada Rosario. Miembro del Consejo ampliado del Consejo de Cultura de la Institución Teresiana.